En 1934 BMW presentaba su primer prototipo de deportivo descapotable biplaza en el Salón del Automóvil de Berlín: el BMW 315/1. Este modelo, con unas líneas excepcionalmente atractivas y una configuración muy particular, era el ejemplo prefecto del proceso de montaje de la época en el que el cigüeñal se montaba junto con las bielas y los pistones. Su propulsor tenía una potencia máxima de 34CV y su nivel de eficiencia era excepcional. Los ingenieros de BMW declaraban orgullosos:

Este bonito y rápido deportivo consume sólo 10-12 litros de carburante cada 100km y su consumo de aceite está entre 0,1 y 0,2kg (…). En términos de coste por kilómetro, no era más caro que un coche pequeño situado en una posición inferior en el mercado. La historia de éxitos de BMW en los circuitos automovilísticos cobró mayor importancia con el BMW 315/1 Roadster, que alcanzó su primera victoria significativa en el Rally Internacional de Alpino en 1934. Un año más tarde, BMW lanzó otra versión más potente del BMW Roadster: el 319/1.